La madre del terrorismo y la islamofobia
Van Gundy, entrenador y mánager general de los Detroit Pistons, ha dicho lo que mucho de nosotros pensamos sobre el veto del Presidente Donald Trump contra siete países de mayoría musulmana:
"Ninguna de esas siete naciones ha sido responsable de la muerte de algún americano, pero queremos excluir a esos siete países. Es jugar con el miedo de la gente y con los prejuicios. Estamos volviendo a los tiempos en los que teníamos japoneses en campos de prisioneros y Hitler perseguía a los judíos. Ahí nos dirigimos. Ahora juzgamos a la gente por su religión y tratamos de mantener a los musulmanes fuera".
La joven escritora española Sirin Adlbi Sibai, sentenció:
"En nombre de la liberación de las mujeres musulmanas se saquean países como Irak, Afganistán y determinados países africanos; se trata, por tanto, de un motivo que sirve de excusa a las potencias coloniales para desarrollar estas agendas de saqueo."
Hay que señalar que el mal llamado terrorismo yihadista no es la consecuencia del saqueo, la explotación y la miseria de los países de mayoría musulmana, sino una creación artificial, a partir de una interpretación manipulada y corrosiva de los dichos del Profeta (PB) y del Sagrado Corán para cometer actos de terrorismo y justificar posteriormente el bombardeo, saqueo y desintegración de países como Afganistán, Irak o Siria.
La oligarquía financiera internacional y el complejo industrial-militar necesitan crear un enemigo para mantener su lucrativo negocio de venta de armas, el robo de las riquezas de los países y la compra de petróleo en el mercado negro. Una realidad que no aparece en los medios de comunicación de masas, y que tampoco nos cuentan sus tertulianos y seudo-periodistas, pero que se puede entrever en el testimonio de Sirin Adlbi Sibai.
Se ha pretendido hacer responsable, a los musulmanes en general y al islam en particular, de la creación de grupos terroristas como DAESH o Al Qaeda, cuando la realidad es que estos grupos fueron creados para permitir la neocolonizacion, el control y el dominio del mundo de mayoría musulmana. Estos grupos criminales, nada tienen que ver con el islam y los musulmanes, y asesinan sin piedad a cualquier musulmán que no acate sus normas.
Sólo si separamos islam de terrorismo, y si observamos a quien se está beneficiando de este terrorismo feroz, podremos comprender lo que está pasando. Se ha sembrado odio, porque el odio genera beneficios en Wall Street. El Papa Francisco, refiriéndose a los atentados terroristas manifestó:
"Detrás de ese gesto están los traficantes de armas, que quieren sangre, no la paz, que quieren la guerra y no la fraternidad…"
El terrorismo, repito, no es la respuesta del mundo musulmán frente a un occidente colonizador, sino el instrumento del imperialismo para recolonizarlo. Esto es importante, porque una vez que se determina que el terrorismo es un agente exterior ajeno al islam podemos afirmar que la islamofobia que se vive en Europa es fruto, no del islam, sino de los traficantes del terrorismo y, por tanto, occidente también es víctima de este neocolonialismo imperialista, cada vez que un atentado terrorista asesina a sus conciudadanos o siembra la desconfianza y el miedo contra los musulmanes.
Rechazar la islamofobia equivale a combatir el terrorismo, las interpretaciones corrosivas del islam y el neocolonialismo. La islamofobia no es solo una manipulación de la realidad para criminalizar al islam y a los musulmanes, ocultando los crímenes del imperialismo, es sobre todo un instrumento de control y de dominio sobre la población para sembrar el miedo y la desconfianza. Si el terrorismo promueve la islamofobia, el terrorismo es enemigo del islam, de igual manera que aquellos que inventan bulos, mentiras y difamaciones contra el islam.
La liberación de los países musulmanes, y de la humanidad en general, solo es posible si se puede determinar quién es el agente opresor que manipula la realidad y enfrenta a cristianos contra musulmanes, a extranjeros contra nacionales, a unas personas contra otras, mientras él sigue robando, saqueando y matando.
El terrorismo en Europa, y la islamofobia, se han convertido en las dos manos de un mismo cuerpo. Con la derecha se atiza el terrorismo y con la izquierda se recoge toda la islamofobia que ha sembrado para, a continuación, desestabilizar países y fomentar el voto a la extrema derecha.
La extrema derecha, el populismo xenófobo, los traficantes de armas, los compradores de petróleo en el mercado negro y los clérigos seudo-islámicos que predican una visión distorsionada del islam y sus financieros, juegan en el mismo equipo siniestro aunque en diferentes demarcaciones. Unos son defensas, otros son delanteros y otros son entrenadores, pero todos son el problema.
Tampoco se puede entender que Rusia sea aliada de los Derechos Humanos o de los pueblos de Oriente Medio. Rusia, como China o Irán, solo miran por sus propios intereses. En este juego de intereses se le está robando a la humanidad su alma, embruteciéndola. Los éxitos electorales de Donald Trump, Marine Le Pen o Geert Wilders, son el resultado de este embrutecimiento.
Miguel Ángel Pérez, coordinador de"Musulmanes contra la Islamofobia”, en su búsqueda de una esperanza expresaba lo siguiente:
"Apuesto por la pluralidad, la diversidad cultural y la convivencia en el distrito… y en fomentar la lucha contra la corrupción, la transparencia, la rendición de cuentas a la ciudadanía por parte de los poderes públicos y sobre todo la lucha contra el racismo, la xenofobia y la islamofobia."
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