En una política alineada con los generales de Myanmar, el Papa Francisco no sólo no reconoció a la etnia rohingya, sino que también se negó a condenar la limpieza de los musulmanes rohingyas.
El Sumo Pontífice, que fue duramente criticado por activistas de derechos humanos por no mencionar la palabra “rohingya” durante su reciente visita a Myanmar en un discurso en el palacio presidencial de Bangladés se refirió a los “refugiados procedentes de Rajine” y pidió a la comunidad internacional que ayude a resolver la crisis de la minoría rohingya, según informó el viernes la agencia de noticias iraní IRNA.
En unas palabras, el Papa se refirió a los musulmanes rohingyas como un grupo de 620 mil personas y se abstuvo de condenar la “limpieza étnica” que el Ejército birmano ha practicado en su contra.
El Papa, que sigue con la política anterior del Vaticano a petición de los generales birmanos, no utilizó la palabra “rohingya”, que apunta a la existencia de una minoría étnica independiente en Mayanmar y sólo reconoció los “sufrimientos que viven estos hombres”.
A su vez y al saludar las declaraciones del Papa, el gobierno de Bangladés se negó a utilizar la palabra “rohingya” con respecto a esa minoría étnica y se refirió a la misma como “refugiados que proceden desde Myanmar”.
Desde el pasado 25 de agosto y tras los duros ataques del Ejército y los grupos budistas extremistas de Myanmar, cientos de los rohingyas tuvieron que abandonar sus hogares en la provincia pobre de Rakhine y huir hacia las fronteras de Bangladés.
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