En el nombre de Dios, Clemente y Misericordioso.

El paso del tiempo no ha podido ni podrá jamás borrar el preciado recuerdo de nuestros queridos mártires de la memoria de la nación iraní. El martirio y el recuerdo de los mártires quedarán grabados por siempre cual brillante ornamento. Ese acervo histórico dará siempre a las generaciones futuras esperanza, impulso y coraje, para que caminen con paso firme y sólido hacia elevadas metas, sin temer la enemistad de los diabólicos demonios del mundo. Con este poder y este orden divinos, el frente de la justicia y la verdad obtendrá, si Dios quiere, grandes victorias.

Seyed Alí Jameneí

24 de septiembre de 2020

 

 

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