La revista satírica francesa Charlie Hebdo publicó caricaturas del Profeta del Islam (la paz sea con él) y, con ello, volvió a abrir el debate sobre lo que permite el derecho fundamental de la libertad de expresión frente a lo que algunas culturas o religiones pueden considerar blasfemia.
Para los países occidentales estas caricaturas se consideran parte importante de la libertad de expresión. Sin embargo, en el Islam dichos dibujos son propios de la blasfemia.
La mayoría de los Gobiernos, organizaciones, partidos y grupos en el Occidente, en sus ataques a las religiones, profana las santidades, utilizando la “libertad de expresión” como un arma para lograr sus objetivos.
En 2008, Maurice Sinet fue despedido de Charlie Hebdo por una columna dirigida a un hijo del entonces presidente francés Nicolas Sarkozy, lo que desató señalamientos de antisemitismo.
“Ha declarado querer convertirse al judaísmo antes de casarse con su prometida, judía y heredera de (los grandes almacenes de electrodomésticos) Darty. ¡Llegará lejos en la vida, ese chaval!”, escribió Sinet ese año, sin insultar al judaísmo.
Pero referirse en sus declaraciones a una familia judía fue suficiente para acusarlo de antisemitismo. La revista satírica Charlie Hebdo no defendió a su empleado y no utilizó “la mentira de la libertad de expresión para justificar su trabajo”.
Poco después, en la misma revista publicó una caricatura insultante contra el Profeta del Islam (P) que enfureció a los musulmanes en todas partes del mundo, y el tabloide justificó su dibujo con el contexto de la “libertad de expresión”.
Hace unos días, la revista gala incluyó en su edición las imágenes insultantes contra el Profeta del Islam, el Hazrat Mohamad (P).
Hay una gran diferencia entre el comportamiento de Charlie Hebdo hacia los musulmanes y los judíos: cuando se trata de un ataque deliberado a las santidades del Islam, la libertad de expresión no tiene sentido, mientras que si el blanco son los judíos se considera un asunto antisemita.
El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, denunció que la blasfemia contra el Profeta del Islam busca lograr otros objetivos. Dijo que la publicación satírica de la revista gala demuestra la enemistad y el odio viles de las estructuras políticas y culturales del mundo occidental respecto al Islam.
El pretexto de la libertad de expresión aducido por algunos políticos franceses para no condenar ese gran crimen es totalmente inaceptable, erróneo y demagógico, enfatizó.