Para hablar de alguien es necesario conocerlo, pero no podemos hablar de la grandeza de la personalidad del Profeta (saw) porque conocer al ser más elevado de la creación es sólo obra de Dios y de Ahl al-Bayt.
Amir al-Mu'minin, el Imam Ali se llamó a sí mismo su discípulo e incluso, en algunas declaraciones, uno de sus sirvientes.
La mejor manera de conocer la personalidad del profeta es el Corán que dice:
»لَّقَدْ كَانَ لَكُمْ فِى رَسُولِ ٱللَّهِ أُسْوَةٌ حَسَنَةٌۭ لِّم َن كَانَ يَر ْجُوا۟ ٱللَّهَ وَٱلْيَوْمَ ٱلْءَاخِرَ وَذَكَرَ ٱللَّه َ كَثِيرًۭا “
“De hecho, tenéis en el Mensajero de Allah un excelente modelo [a seguir], para quien tenga esperanza en Allah y en el Último Día e invoque a Allah con frecuencia” (Corán 33:21)
Según este versículo, el profeta es modelo en el culto, la forma de hablar, el comportamiento con los diferentes estratos de la sociedad, la familia, las relaciones con los niños, creyentes, no creyentes e hipócritas, y la forma de gobernar.
Una persona que sigue el modelo del Profeta en todos los ámbitos, el ámbito de las relaciones con las personas, las relaciones sociales con la familia y los amigos, el comportamiento político y económico, tiene una moral que es una moral coránica.
Extracto de un discurso de Seyed Mohammad Sadat Mansouri.
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