"Oh, Dios, acepta mi ayuno como el de aquellos cuya abstinencia (de los placeres y pecados mundanos) Tú has aceptado. Acepta mis actos de adoración como aceptas los de Tus devotos sinceros. Oh, Señor de los dos mundos, despiértame en este mes del sueño del olvido y deja atrás mis pecados. Perdóname, Oh, Perdonador de los pecadores".