«Mohamad al-Qiq ha acabado su huelga de hambre y quedará ingresado en el hospital Afula para recibir la debida atención médica hasta el 21 de mayo; su arresto no va a ser renovado», ha informado el diario israelí Haaretz.
El periodista palestino inició a finales de noviembre de 2015 una huelga de hambre en contra de su «detención administrativa», una figura «legal» que permite a las fuerzas militares israelíes detener extrajudicialmente a cualquier persona sin proceso ni inculpación por períodos de seis meses renovables indefinidamente.
Al-Qiq había pedido ser trasladado a un hospital de Ramala, en el norte de la ocupada Cisjordania, petición que ha sido rechazada por la corte suprema israelí. Amnistía Internacional (AI) exigió la semana pasada al régimen israelí que traslade al periodista palestino al hospital de su elección.
El abogado del periodista palestino ha declarado que el acuerdo se alcanzó en la noche del jueves al viernes y ha confirmado que Al-Qiq seguirá en el hospital para recibir asistencia médica. «Su madre lo visitará en las próximas horas», agregó.
Haaretz ha anunciado que el periodista no ha consumido ningún alimento, limitándose a ingerir agua, y está consciente pero no se comunica.
El caso ha creado polémica. El pasado domingo, el presidente palestino, Mahmud Abás, pidió a Washington que intercediese por Al-Qiq.
El pasado sábado, el Club de Prisioneros Palestinos anunció en un comunicado que más de 700 palestinos están encarcelados en las prisiones israelíes sin acusación alguna y sin haber sido juzgados.
El pacto es similar a uno alcanzado con otro detenido administrativo palestino, Mohamed Aalan, a quien se prometió no arrestarlo si no se encontraban nuevos indicios en su contra.
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