El Hach no es un viaje sencillo ni ordinario. Es la manifestación del Islam.
El Islam tiene tres formatos: es el Corán en forma de palabras, es el ser humano (perfecto) en forma de imán y es acción en forma de Hach.
Cada vez que reflexionamos sobre este viaje espiritual descubrimos nuevos puntos al respecto.
La Sagrada Kaaba es un estandarte bajo el cual debemos reunirnos y cantar el himno del Tawhid (monoteísmo). Allí recordamos tanto la historia como el Día de la Resurrección.
¿No dice el Corán: “La verdad vendrá y la falsedad desaparecerá”? ¿Dónde está la gente como Abu Yahl que quería matar al Santo Profeta (s) e impedir la difusión de su mensaje?
En Hach hay un orden sorprendente. Los peregrinos realizan el ritual en determinadas zonas, en un determinado momento, en una determinada dirección y con un determinado propósito.
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Avanzar en el camino de Dios y realizar los rituales Hach debe realizarse bajo la supervisión de un erudito y basándose en las Fatwas (edictos) de una fuente de emulación. Por lo tanto, antes de embarcarnos en el viaje del Hach, debemos asegurarnos de que nuestro Salah se realice con precisión. Debemos determinar nuestra fuente de emulación y pagar las obligaciones financieras religiosas necesarias para que no tengamos problemas en este camino espiritual.
En este camino espiritual son importantes el sacrificio personal, la observancia de los principios morales, la ayuda a los demás, mucha oración y contemplación y la máxima atención a los métodos de peregrinación.