Actuar según las enseñanzas religiosas y poner la satisfacción de Dios por encima de todo se puede comparar con seguir las vías del tren hasta un destino seguro y así evitar perderse.
Cuando una sociedad se olvida de Dios debido al racismo, se verá obligada a afrontar muchos daños y pérdidas.
Uno de los resultados del racismo es la marginación de la fe en Dios y el concepto de monoteísmo. En este caso, la santidad de conceptos como las reglas divinas y las enseñanzas de los profetas son reemplazadas por la “santidad” de una raza o pueblo en particular.
A lo largo de la historia, los racistas han buscado el monopolio de todo, creyendo que cualquier cosa digna de mención debería pertenecer únicamente a su propia raza, nacionalidad, secta o tribu.
Incluso distorsionan los textos religiosos y añaden sus propias opiniones para lograr sus deseos racistas.
Aquí hay unos ejemplos:
1- En el Corán, Dios se describe a sí mismo con atributos como “el Señor de todas las cosas” y “el Señor de todos los pueblos”. Sin embargo, en el judaísmo consideran que Dios es sólo su Dios: “Yo soy tu Dios y te he elegido entre los demás”. (Levítico 20:22)
2- Respecto al Día de la Resurrección, que se encuentra entre los conceptos religiosos más importantes, en el Talmud se dice que sólo los muertos enterrados en la "tierra prometida" volverán a la vida.
3- Hay un versículo del Corán que explica la visión que tenían los judíos del cielo y del infierno:
“Dicen: 'El fuego nunca nos tocará excepto durante un cierto número de días'”. (versículo 80 de la Sura Al-Baqarah)
Es como si el Día del Juicio sirviera sólo para evaluar y castigar las acciones de los no judíos, mientras que los judíos no deberían esperar ningún castigo por lo que han hecho en este mundo.
4- Otro versículo del Corán destaca una visión racista de algunas personas:
“Dijeron que nadie irá jamás al cielo excepto los judíos o los cristianos, pero eso es exactamente lo que esperan. Pídales que demuestren que su afirmación es cierta”. (versículo 111 de la Sura Al-Baqarah)
Dios claramente rechaza tal noción en varios versículos del Corán, incluido el versículo 123 de la Sura An-Nisa:
“Creyentes (musulmanes) y Pueblo del Libro, los deseos por sí solos nunca podrán proporcionaros la salvación. Quien entre vosotros haga el mal será castigado en consecuencia, y nadie excepto Dios será su guardián ni acudirá en su ayuda”.