
Gomez, candidata al Distrito 31 del Congreso de Texas, publicó un video viral en el que quemaba un Corán con un lanzallamas.
El video, titulado "Acabaré con el Islam en Texas, que Dios me ayude", también incluía su afirmación de que "Estados Unidos es una nación cristiana" y que los musulmanes deberían emigrar a "cualquiera de las 57 naciones musulmanas".
Las declaraciones y el video han suscitado una condena generalizada por parte de grupos de derechos musulmanes, líderes políticos y organizaciones de la sociedad civil.
Desde entonces, se le ha prohibido el acceso a todas las principales plataformas de redes sociales, excepto a X. A pesar de la indignación, no se ha abierto ninguna investigación por delito de odio en el caso.
En su declaración, Taghizadeh citó el Corán: "¿Acaso no saben que quien se oponga a Alá y a Su Enviado, tendrá el fuego del infierno, donde morará [para siempre]? Esta es la gran vergüenza" (Corán 9:63).
Describió la profanación como parte de una larga historia de hostilidad contra el islam, desde campañas militares hasta desinformación mediática, ninguna de las cuales, según argumentó, ha logrado extinguir la fe.
Citando otro versículo, afirmó: «Quieren extinguir la luz de Alá con sus bocas, pero Alá perfeccionará Su luz incluso si los infieles se oponen a ella» (Corán 61:8).
Añadió que tal animosidad no es nueva, refiriéndose al versículo coránico: «Ni los judíos ni los cristianos estarán complacidos con vosotros si no sigáis su fe» (Corán 2:120). Taghizadeh relacionó esto con lo que llamó «la continua conducta de las potencias arrogantes, en particular Estados Unidos y el régimen sionista». El clérigo iraní afirmó que la profanación subrayaba la urgente necesidad de unidad en el mundo musulmán, citando el Corán: «Aferraos todos a la cuerda de Alá y no os dividéis» (Corán 3:103).
En vísperas de la Semana Anual de la Unidad Islámica, instó a los musulmanes de todo el mundo a unirse en torno al Corán y las enseñanzas del Profeta para contrarrestar las conspiraciones antiislámicas.
Afirmó que esta «unidad sagrada» sigue siendo un escudo contra la hostilidad cultural, política y religiosa.
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