
Los Bani Isra'il (hijos de Israel), según los versículos del Sagrado Corán, fueron el pueblo más obstinado en rechazar el Tawhid (monoteísmo).
El Sagrado Corán diferencia a los judíos que son moderados y creen en el Día de la Resurrección de aquellos judíos que incumplen sus promesas: “Algunos de ellos son personas modestas, pero muchos cometen los peores pecados”. (versículo 66 de Surah Al-Ma'idah).
El Corán menciona muchas características negativas del segundo grupo, que pueden dividirse en categorías religiosas, sociales, económicas y políticas. Una de las características negativas de este grupo es la enemistad con el monoteísmo y las manifestaciones de religiones divinas.
Esto incluye diversas prácticas, desde insultar y tergiversar a Dios, hasta asesinar a profetas divinos. Por ejemplo, el Corán dice con respecto a las creencias judías sobre qada y qadar (la divina providencia): “Los judíos dicen: 'La mano de Alá está encadenada'. ¡Sus mismas manos están encadenadas! ¡Y están malditos por lo que dijeron! Más bien, sus dos manos están extendidas y hace lo que quiere”. (versículo 64 de Surah Al-Ma'idah) Básicamente, cada vez que ocurría un problema como la pobreza, el hambre o la hambruna, lo atribuían a las manos atadas de Dios.
Hay muchos ejemplos de tales insultos a Dios en sus libros. Aquí hay algunos ejemplos: “Entonces el Señor despertó de su sueño, como un guerrero despierta del estupor del vino”. (Salmos 78/65) "El Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y se entristeció su corazón." (Libro del Génesis, 6/6). Además, los insultos a los divinos profetas se pueden encontrar en los siguientes pasajes: (Génesis, 19/31-36), (Oseas, 7-28), (Isaías, 7-28) y (Jeremías, 31-5).
El Corán dice en el versículo 70 de la Sura Al-Ma'idah: “Hicimos un pacto con los Bani Israel y les enviamos mensajeros. Cada vez que se les acercaba un profeta con un mensaje que no satisfacía sus deseos, a algunos los rechazaban y a otros mataban”. Y luego hubo el movimiento de los Bani Israel'il de comenzar a adorar un ídolo (un becerro) mientras Dios acababa de salvarlos de la opresión del Faraón: “Moisés vino a vosotros con señales claras, entonces comenzasteis a adorar un becerro a sus espaldas. ; de hecho sois tiranos”. (versículo 92 de la Sura Al-Baqarah)
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