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No hay diferencia entre chiitas y sunitas para los terroristas respaldados por Estados Unidos

9:49 - January 31, 2018
Noticias ID: 3502234
IQNA oficina central informa desde Teherán, capital de la República Islámica de Irán.

El Ayatolá Seyyed Alí Jamenei, Líder Supremo de la Revolución Islámica al comienzo de su clase superior de jurisprudencia islámica expresó  su profundo pesar por la masacre de personas inocentes en los recientes atentados terroristas perpetrados en Afganistán.

Su Eminencia advirtió que el objetivo de Estados Unidos al trasladar a los miembros del Daesh a Afganistán es justificar su presencia en la región y garantizar así la seguridad del régimen sionista.

En alusión a la matanza de centenares de afganos en los tristes acontecimientos de los últimos meses, el Líder Supremo manifestó que «las manos que crearon el Daesh como una herramienta para oprimir y cometer los peores crímenes contra el pueblo sirio e iraquí, actualmente, tras ser derrotadas en aquellas regiones pretenden trasladar el Daesh a Afganistán, y las recientes masacres son el inicio de este plan».

«No hay diferencia entre chiitas y sunitas para los terroristas respaldados por Estados Unidos, y los civiles sean chiitas o suniitas son su objetivo», agregó.

Su Eminencia aseguró que una de las prioridades de las políticas estadounidenses es distraer la atención de los pueblos de la región con sus problemas internos, para que no piensen en enfrentarse a la arrogancia y el sionismo.

El Ayatolá Jamenei enfatizó que otro de los propósitos de Estados Unidos es crear un clima de inseguridad en la región para justificar su presencia en la zona, y agregó: «Estados Unidos es el mayor culpable de la inseguridad en Afganistán, y las matanzas que se han producido desde hace casi 20 años en nombre de la religión, fueron perpetradas —directa o indirectamente— por agentes estadounidenses».

Asimismo Su Eminencia señaló que lo que los estadounidenses persiguen actualmente es garantizar su presencia en la región, para avanzar en sus planes políticos y económicos.

El Líder Supremo de la Revolución Islámica exclamó: «¡La maldición de Dios caiga sobre la arrogancia y sus agentes, y sobre el malvado y criminal régimen sionista y los Estados Unidos, que masacran así a los musulmanes!».

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