
Una mezquita que opera según los principios coránicos es un lugar donde las personas aprenden a actuar con taqwa (temor de Dios, piedad) y fortalecen su fe.
 
En declaraciones a IQNA, Hojjat-ol-Islam Seyyed Hosein Khazemian Noushabadi, erudito e investigador de seminarios islámicos iraníes, enfatizó que dicha mezquita es un lugar donde las personas no solo oran, sino que también aprenden piedad, fortalecen su fe y practican la ética coránica en su vida diaria.
 
«Toda transformación cultural comienza en la mezquita, y hacer que las mezquitas sean coránicas equivale a salvar a la sociedad de la desviación cultural, porque una mezquita coránica guía al ser humano hacia la perfección y es el fundamento del crecimiento moral y social de la Umma islámica».
 
Khazemian argumentó que las mezquitas deben funcionar como centros basados en las enseñanzas coránicas, dedicados al desarrollo comunitario.
 
El erudito basó su análisis en la historia islámica, explicando que la misión del Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) comenzó y terminó con un enfoque en la revelación divina. Esto, argumentó, establece un vínculo permanente entre la práctica islámica y el Corán.
 
Khazemian también vinculó directamente la función de la mezquita con los requisitos textuales del Corán. "Ninguna oración es aceptada sin la Sura Al-Fatiha", afirmó. "Esto significa que la oración también se basa en el pilar del Corán. Por lo tanto, una mezquita puede considerarse islámica si las enseñanzas del Corán se imparten, explican y consolidan en ella".
 
Las mezquitas deben tener independencia financiera para poder llevar a cabo actividades de planificación cultural y social, y los medios de comunicación nacionales deben reconsiderar la presentación de figuras coránicas y predicadores populares, continuó.
 
El clérigo enfatizó que el fundamento de una mezquita se basa en la taqwa. "Una mezquita debe ser una escuela de educación y desarrollo de la taqwa".
 
«Si las mezquitas se convierten en centros de cultura, economía, educación y moralidad, los juzgados y las comisarías quedarán desiertos. Donde hay vida en la mezquita, hay vida en la sociedad», concluyó.
 
 
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