La declaración fue publicada por el sitio web oficial de la oficina del Líder en respuesta a preguntas recurrentes sobre el dictamen islámico respecto al comercio basado en la predicción de fluctuaciones de precios en activos como divisas, oro, petróleo y acciones.
“Si bien este tipo de actividad no es intrínsecamente haram, el problema radica en la propiedad de las ganancias obtenidas a través de ella. Dichos ingresos son religiosamente problemáticos y su uso no está permitido”, declaró el Hojat-ol-Islam Rezaei.
Él enfatizó que, basándose en una precaución obligatoria, “uno no se convierte en el legítimo propietario de ese dinero”.
Rezaei se refería específicamente a los contratos conocidos como CFDs —abreviatura de Contratos por Diferencia— que permiten a los operadores especular sobre la subida o bajada de los precios de los activos sin poseer realmente dichos activos.
Explicó que muchas de estas operaciones son puramente especulativas y se asemejan a las apuestas. “En la práctica, no se realiza una compra o venta real de activos como divisas u oro. Más bien, es un acuerdo entre dos partes para beneficiarse o perder según los cambios de precio”, afirmó.
Comparó este mecanismo con la predicción del resultado de un partido de fútbol. “Es similar a decir que ganará el Equipo A o el Equipo B, salvo que aquí interviene un corredor, se firma un contrato y se deposita dinero por adelantado”, añadió.
Según Rezaei, aunque la estructura de la transacción no necesariamente viola los principios islámicos, los ingresos generados a partir de ella no se consideran religiosamente puros y, por lo tanto, no pueden ser utilizados lícitamente.