Gholam Ali Afrooz, profesor titular de psicología en la Universidad de Teherán, afirmó que el Corán insta a los padres a criar hijos que se conviertan en compañeros “portadores de paz”, capaces de generar calma y estabilidad dentro del matrimonio.
En declaraciones a IQNA, explicó que, según el Corán, el objetivo último del matrimonio es alcanzar una tranquilidad profunda y duradera que sirva como base para una familia y una sociedad saludables.
“La paz es el tesoro de la vida”, dijo Afrooz, señalando que la verdadera serenidad es más valiosa que la belleza, el dinero o el prestigio.
“El Corán nos enseña que la paz tiene dos fuentes principales: el recuerdo de Dios, que alivia el corazón, y la compañía del cónyuge. Para quienes aún no están casados, la paz puede encontrarse en la tranquilidad de vivir junto a sus padres”.
Señaló que el mensaje coránico es claro: “Dado que el propósito del matrimonio es alcanzar la paz, el cónyuge más deseable es aquel cuya presencia aporta calma”.
Afrooz subrayó que ser pacífico no excluye otras cualidades como el encanto, la inteligencia o el éxito, sino que define su propósito superior. “Una persona atractiva, bien educada o adinerada no es necesariamente portadora de paz”, afirmó. “Algunas personas, a pesar de su éxito exterior, son ansiosas, obsesivas o depresivas. Pero una persona verdaderamente pacífica también puede encarnar belleza y virtud”.
Según Afrooz, esta comprensión cambia la manera en que se debe ver el matrimonio. “El matrimonio”, dijo, “no es simplemente un medio para satisfacer necesidades físicas, tener hijos o escapar de la soledad. Estos son resultados naturales del matrimonio, pero no su verdadero objetivo. El objetivo último es alcanzar la paz, crear una vida en armonía en la que ambos cónyuges encuentren consuelo el uno en el otro”.
Advirtió que cuando se olvida este objetivo espiritual y emocional, la inestabilidad matrimonial se vuelve inevitable. “Si los esposos se ofrecen paz mutuamente en cada momento, la vida será dulce y el divorcio desaparecerá”, dijo Afrooz.
“Las raíces de la separación son en su mayoría psicológicas, emocionales y conductuales —no económicas ni relacionadas con la edad. Cuando las parejas no logran brindarse consuelo mutuo, el amor comienza a desvanecerse”, señaló.
El profesor también habló sobre la importancia de la comunicación y del lenguaje emocional en el hogar. “Las palabras de una persona deben ser suaves y reconfortantes”, afirmó.
“Los esposos deben hablar entre sí y con sus hijos de manera que nutra, calme y apoye. El lenguaje del amor debe estar libre de exigencias, expectativas y formalidades”.
Afrooz destacó que el lenguaje moldea el entorno emocional de una familia. “La manera en que los cónyuges se hablan determina cuán seguros y amados se sienten”, dijo. “Las palabras amables crean seguridad y afecto, mientras que el lenguaje duro destruye la intimidad”.
Citando una narración del Profeta Muhammad (la paz sea con él), Afrooz señaló que el amor en las relaciones nace de la sinceridad y la humildad. “Cuando se le preguntó cómo una persona puede llegar a ser amada por su familia o por los demás, el Profeta respondió: ‘Si deseas ser amado por Dios, aumenta tu piedad. Si deseas ser amado por tu cónyuge, hijos, parientes y por la gente del mundo, haz lo que puedas por ellos sin esperar nada a cambio, sin presumir y sin buscar reconocimiento.’”
Afrooz definió la taqwa (piedad) como “cautela dentro de los límites de los valores morales y conciencia de las propias faltas”.
Dijo que fortalecer la piedad ayuda a las personas a convertirse en parejas más compasivas y comprensivas. “Cuando una pareja aprende a vivir con respeto mutuo, paciencia y amabilidad, el matrimonio se convierte en un refugio”, afirmó.
Al fundamentar el matrimonio en la tranquilidad emocional y el recuerdo divino, Afrooz señaló que la sociedad puede construir familias más resilientes, amorosas y libres de las causas psicológicas y conductuales de separación que se han vuelto comunes en todo el mundo.