El Hojjat-ol-Islam Habibollah Zamani habló en una entrevista con IQNA sobre cómo cultivar el compromiso religioso en los niños.
Se centró en estrategias prácticas basadas en la psicología del desarrollo infantil y en las enseñanzas islámicas, subrayando que el entorno familiar desempeña un papel decisivo.
Zamani afirmó que los padres deben utilizar métodos “que tengan mayor influencia en la sociedad actual”, destacando el ejemplo como uno de los enfoques más eficaces. “El ejemplo se considera un método rápido y eficaz en la psicología del desarrollo”, explicó.
Añadió que si los padres encarnan la ética islámica antes de enseñar los rituales religiosos, los niños los imitarán de forma natural.
“De uno a siete años, un niño repite las acciones sin comprender su filosofía”, afirmó, señalando que este patrón también influye en los adultos.
Citó una narración del Imam Sadiq (la paz sea con él): “Invitad a la gente sin usar la lengua, para que vean vuestra piedad, vuestro compromiso con la adoración, vuestra oración y vuestra bondad, porque estas son en sí mismas una llamada”.
Zamani afirmó que si la atmósfera de oración impregna el hogar, “los niños encontrarán sus modelos de referencia en la familia y construirán un vínculo con la oración”, lo cual conducirá a la fortaleza moral y a evitar cometer errores.
Afirmó que un niño nacido en una casa “llena del recuerdo y el amor de Dios” a menudo no necesita instrucciones formales sobre la oración.
Zamani preguntó: “En una casa donde los padres se despiertan para las oraciones nocturnas y todos los miembros están comprometidos con las prácticas religiosas, ¿cómo es posible que el niño se aleje de Dios?”
Hizo referencia a un hadiz en el que Yabir ibn Abdillah al-Ansari preguntó al Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) cómo proteger a su familia del fuego del Infierno. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) respondió: “Haced buenas acciones vosotros mismos, recordadles a Dios, guiadlos hacia lo correcto con amabilidad y prohibidles lo que conduce a la corrupción”.
Zamani dijo que cuando un niño se siente amado, encuentra gradualmente consuelo en la oración.
La curiosidad natural de un niño, dijo, ofrece a los padres la oportunidad de enseñar la fe y la gratitud. Por ejemplo, cuando un niño pregunta quién ha creado las dulces frutas o las estrellas, “podemos conducirlo suavemente hacia el Creador” y enseñarle que la oración es “la mejor forma de gratitud”.