«No soy musulmana pero pienso que es la mejor forma de manifestar mi desacuerdo con las leyes racistas existentes en las universidades y para comprender lo que sufren mis compañeras musulmanas», ha manifestado.
Lo decidí antes de que la ley que prohíbe los símbolos religiosos fuera enviada al parlamento, cuando uso el velo en la universidad y en mis actividades cotidianas, las personas me tratan con hostilidad; pero las mujeres musulmanas se sienten apoyadas», declaró.
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