El portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, el general Yahya Sari, ha anunciado que Arabia Saudí y sus aliados han bombardeado varios puntos en las provincias de Al-Yawf (noroeste), Marib (centro-oeste) y Al-Bayda (suroeste) desde el sábado por la noche. Las incursiones han continuado hasta la madrugada de este domingo, añade.
Sari ha precisado que los cazas saudíes han realizado en las últimas 12 horas, “25 incursiones aéreas”, de las cuales “23 se registraron en tan solo una hora” en Marib, en un intento por facilitar el avance de sus mercenarios”.
Sin embargo, el Ejército, apoyado por el movimiento popular yemení Ansarolá, ha logrado frustrar los ataques y bloquear sus avances en las provincias de Marib y Al-Bayda.
Los contraataques, de acuerdo con el alto mando castrense yemení, han ocasionado grandes pérdidas entre las fuerzas de la coalición militar, liderada por Riad. “Decenas de los mercenarios saudíes han muerto o resultado heridos”, ha añadido Sari, según recoge la cadena local estatal de televisión Al Masirah.
El portavoz de las Fuerzas Armadas yemeníes ha prometido que las fuerzas de la agresión saudí-estadounidense sufrirán “repercusiones” por “su estúpida escalada de tensiones.
El portavoz de la coalición militar liderada por Arabia Saudí contra Yemen, Turki al-Maliki, anunció el miércoles un alto el fuego de dos semanas, que entró en vigor a partir de las 10 00 GMT del jueves en Yemen para contribuir a “la creación de un ambiente constructivo y apoyar los esfuerzos de las Naciones Unidas para zanjar la paz y los esfuerzos para combatir el nuevo coronavirus (COVID-19)”.
Ansarolá, no obstante, cuestiona la buena fe de Riad, dejando claro que la tregua y el bloqueo no van juntos, mientras no cesen los ataques de los presentadores de la tregua para cesar las hostilidades.
La tregua, más bien, parece ser un truco más para que las fuerzas de agresión puedan reforzarse ante las constantes derrotas que sufren frente al Ejército yemení, apoyado por Ansarolá, según los yemeníes.