El Hojat-ol-Islam Mohammad Mehdi Imanipour hizo esta observación durante un discurso en la primera conferencia internacional sobre “Derechos humanos desde una perspectiva oriental”, que comenzó el lunes 28 de abril de 2025 en la sede central de la Organización de Cultura y Relaciones Islámicas (ICRO) en Teherán.
“La discusión sobre los derechos humanos desde una visión oriental se ha convertido en una parte indispensable de la civilización humana del futuro”, añadió.
En la actualidad, los derechos humanos se han convertido en uno de los temas más desafiantes dentro de las ciencias sociales, definidos en términos de la vida biológica; sin embargo, las normas que podrían haber impulsado el progreso y un mundo mejor para la humanidad, se han transformado en su propia antítesis.
Según afirmó, el mundo es hoy testigo de la ineficacia e incapacidad de los sistemas de derechos humanos para prevenir la violencia, la injusticia y el odio, como consecuencia de actitudes egoístas e individualistas.
Los dobles estándares de las instituciones humanas han contribuido a la ineficacia de los mecanismos de derechos humanos. En un mundo donde el genocidio es justificado, donde niños inocentes mueren de malnutrición en Gaza y las instituciones de derechos humanos permanecen en silencio, hablar de derechos humanos se ha vuelto una amarga ironía.
El Hojat-ol-Islam Imanipour señaló que los derechos humanos han sido durante mucho tiempo una norma universal reconocida por diversas escuelas de pensamiento y religiones, cuyos fundamentos subrayan los valores humanos más allá de cualquier frontera geográfica o cultural. Sin embargo, hoy el concepto ha sido interpretado de manera parcial y sus beneficios limitados al mundo occidental.
La civilización histórica y la rica experiencia del Oriente, en especial las grandes escuelas humanistas relacionadas con los derechos humanos, han cuestionado la noción de que este tema sea un fenómeno exclusivo de Occidente o el resultado de sus fundadores intelectuales, a quienes se ha atribuido el derecho de interpretar su significado.
Se preguntó si los principios y valores que rigen los derechos humanos en Occidente pueden ser considerados un referente absoluto para el mundo entero, y si la versión propuesta de los derechos humanos incluye verdaderamente los valores humanos del Oriente.
Indicó que hoy, con el surgimiento de un sistema global de derechos humanos dotado de mecanismos regulatorios específicos, se observa cómo los votos e interpretaciones provienen principalmente de gobiernos y actores occidentales. Algunos de estos gobiernos y corrientes de pensamiento se consideran a sí mismos como la fuente principal del concepto de derechos humanos y se otorgan el privilegio de definirlo unilateralmente.
En este contexto, subrayó la importancia de examinar el potencial del enfoque oriental respecto a los derechos humanos. Cuestionó por qué, en lugar de promover la paz internacional, los derechos humanos se han convertido en herramientas al servicio de regímenes occidentales que discriminan abiertamente a personas de color, mujeres, niños y comunidades vulnerables.
El creciente multilateralismo dentro del sistema internacional ha llevado a muchos países, particularmente en Oriente, a buscar la formación de un nuevo orden mundial basado en ideas de justicia social, económica y de derechos humanos. Añadió que la debilidad de los estados defensores de los derechos humanos es una consecuencia directa de la democracia liberal y de los sistemas de pensamiento que de ella derivan.
Afirmó que el mundo atraviesa un punto de inflexión histórico y que existe la esperanza de formar un sistema de derechos humanos más inclusivo. En este sentido, el debate oriental se convierte en un elemento esencial de la civilización humana del futuro. Además, este debate está presente en numerosos gobiernos orientales como parte de nuevas alianzas como los BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghái.
Las grandes religiones del mundo que se originaron en Oriente han puesto siempre énfasis en la dignidad intrínseca de la naturaleza humana y en la justicia, y comparten un rasgo común: la responsabilidad colectiva. Esto es particularmente evidente en el Islam, cuya base se encuentra en la dignidad humana.
La conferencia internacional tiene como objetivo reevaluar el debate contemporáneo sobre los derechos humanos a través de las tradiciones filosóficas, culturales y civilizatorias del Oriente.
Con la participación de 40 académicos internacionales provenientes de 22 países, el evento busca fomentar un diálogo crítico y un intercambio académico sobre cómo las civilizaciones y tradiciones religiosas no occidentales pueden contribuir a redefinir los fundamentos de los derechos humanos. Los organizadores esperan crear una red de académicos y profesionales orientales que siente las bases para la elaboración de un marco normativo sobre los derechos humanos basado en la diversidad cultural, las tradiciones espirituales y la identidad colectiva.
Entre los pilares conceptuales clave de la conferencia se encuentra una crítica al modelo dominante de derechos humanos centrado en Occidente.
La perspectiva oriental enfatiza una visión comunitaria de la dignidad humana, los derechos culturales, la responsabilidad social y la acción moral.
Entre los temas de discusión se encuentran los derechos de solidaridad, la necesidad de descentralizar las instituciones de derechos humanos del Norte global y la redefinición del papel de los actores de la sociedad civil más allá de los modelos estatocéntricos. Los organizadores subrayan que un discurso verdaderamente pluralista sobre los derechos humanos debe reconocer la legitimidad de diversos sistemas morales y epistemológicos, y resistir los intentos de universalizar las normas liberales occidentales.
La conferencia forma parte de una iniciativa más amplia destinada a establecer un marco intelectual sostenible que integre perspectivas religiosas, culturales y filosóficas del Oriente en el debate global sobre los derechos humanos.
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