
La reunión se celebró el lunes por la noche en el Hotel Parsian Azadi, al margen de la 39ª Conferencia Internacional sobre la Unidad Islámica.
Al final del encuentro, las participantes emitieron una declaración conjunta, cuyo contenido es el siguiente:
"En el nombre del Compasivo, del Misericordioso"
Ya han pasado casi dos años desde que el régimen sionista inició una brutal agresión contra partes de los territorios islámicos y, con una audacia descarada y un comportamiento cruel, está ampliando día tras día el alcance de sus crímenes.
El año pasado, cuando un grupo de mujeres procedentes de países islámicos se reunió en un encuentro similar, la agresión del régimen sionista no se había extendido mucho más allá de Gaza.
Sin embargo, los sionistas, al observar la actitud pasiva de partes importantes del mundo islámico y al ver al pueblo oprimido de Gaza abandonado a su suerte, encontraron el valor para expandir su brutal agresión a otras regiones islámicas, como Cisjordania en Palestina, el Líbano, Saná en Yemen, e incluso Teherán y otras ciudades de la República Islámica de Irán.
Sí, atacan a los mismos países, naciones y fuerzas que han elegido estar del lado correcto de la historia y alinearse con los oprimidos, siguiendo la enseñanza del Imam Alí (p), hermano y sucesor del Profeta, quien dijo: “Sé enemigo del opresor y ayuda del oprimido.”
Mientras tanto, es nuestro deber recordar la resistencia de las mujeres iraníes durante la guerra impuesta de 12 días (junio), quienes demostraron un ejemplo extraordinario de sacrificio y entrega, enfrentando con paciencia y perseverancia las pérdidas y calamidades causadas por la brutal invasión del régimen sionista.
En conclusión, nosotras, un grupo de mujeres procedentes de países musulmanes, declaramos lo siguiente, ante la ausencia de un apoyo eficaz por parte de los gobiernos islámicos a los pueblos oprimidos de Gaza, Líbano y Yemen:
El silencio frente a los opresores no garantiza seguridad alguna, sino que los convierte únicamente en siervos más obedientes de sus intereses ilegítimos.
El destino del pueblo oprimido de Gaza está vinculado al de todas las naciones islámicas de la región; ignorar esta realidad acarreará inevitablemente consecuencias similares para todos.
Proveer agua potable y alimentos seguros a la población de Gaza, en particular a mujeres y niños, debe ser una prioridad absoluta para todas las naciones y gobiernos islámicos.
Un boicot total al régimen sionista usurpador debe ser incorporado en la agenda política de todos los gobiernos islámicos; toda actividad económica o comercial con dicho régimen debe ser prohibida.
Expresamos nuestra profunda gratitud a todos los miembros de las naciones musulmanas y no musulmanas, en particular a los activistas de la sociedad civil, periodistas y defensores de los derechos de las mujeres, que han apoyado al pueblo oprimido de Gaza y han llevado su voz ante el mundo a través de miles de manifestaciones.
