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Flores y aplausos al regreso de Qari Abdollahi desde Moscú

14:42 - October 23, 2025
Noticias ID: 3510887
IQNA – Con ramos de flores, abrazos y mensajes de felicitación, recitadores del Corán y funcionarios culturales iraníes dieron la bienvenida a Es’haq Abdollahi en el Aeropuerto Imán Jomeini el 21 de octubre de 2025, tras su primer puesto en el 23.º Concurso Internacional de Corán de Moscú.

Puesto que, según la visión islámica, todos los individuos son siervos de Dios y toda riqueza le pertenece a Él, las necesidades de los indigentes deben satisfacerse a través de la cooperación.

 

Sin duda, en toda sociedad existen personas necesitadas que no tienen la capacidad de trabajar o cuyos ingresos no son suficientes para cubrir todos sus gastos. Las necesidades de estas personas deben ser satisfechas en la medida de lo posible y aceptable.

 

Desde la perspectiva del Islam, la propiedad y la riqueza pertenecen esencialmente a la sociedad, porque Dios ha confiado Su vicariato en la Tierra y la gestión de los bienes a los seres humanos.

 

El Sagrado Corán, al referirse a esta posición del ser humano, ordena beneficiarse de los bienes que Dios ha concedido a los hombres:

 

«... y gastad (en caridad) de aquello de lo que Él os ha hecho sucesores». (versículo 7 de la Surah Al-Hadid)

 

«Dadles parte de los bienes de Dios que Él os ha dado». (versículo 33 de la Surah An-Noor)

 

El Sagrado Corán presenta a los piadosos, que son los verdaderos sucesores de Dios, de la siguiente manera: «Y en sus bienes había una parte para el que pedía y para el que se encontraba en necesidad». (versículo 19 de la Surah Adh-Dhariyat)

 

Esto demuestra claramente la importancia de la cooperación y la asistencia mutua en la sociedad. Por lo tanto, los ricos son depositarios de Dios en cuanto a la riqueza, y esta es como un fideicomiso en sus manos que deben gestionar conforme a los principios de confianza y responsabilidad.

 

El Imam Sadiq (la paz sea con él) dijo: «¿Pensáis que Dios ha dado riqueza a algunos porque los honra, y que no ha dado riqueza a otros porque los desprecia? Nunca es así. La riqueza pertenece a Dios. Él la confía a las personas y les permite comer, beber, vestirse, casarse, tener un medio de transporte, visitar y apoyar a los creyentes pobres y compensar sus sufrimientos».

 

Por tanto, la propiedad y la riqueza pertenecen esencialmente a la sociedad, y todo miembro de la sociedad que posee parte de ella tiene derecho a usarla si ha cumplido con su deber fiduciario ante Dios y ha respetado los derechos de los desfavorecidos en la sociedad; de lo contrario, no tiene tal derecho.

 

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