Los profanadores incluso mancharon las paredes de la mezquita, escribiendo en ella mensajes anti islámicos.
Asimismo, los parabrisas de los coches estacionados en los alrededores de la mezquita fueron completamente destrozados por los vándalos que aún no han sido identificados.
Por su parte, la policía local ha abierto ya una investigación por este nuevo agravio a las mezquitas, producto de la islamofobia promovida por el régimen sionista.
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