
Un erudito iraní ha advertido contra las interpretaciones religiosas selectivas, subrayando que los textos sagrados conceden al hombre dominio sobre la naturaleza al tiempo que exigen su protección.
En su intervención en la Conferencia Internacional sobre Medio Ambiente, Cultura y Civilización Islámica, el profesor Ahmad Pakatchi dijo: "El Corán y otros textos sagrados reconocen el dominio humano sobre la naturaleza, pero también enfatizan las responsabilidades humanas hacia la protección del medio ambiente".
El evento, organizado por la Asociación Iraní de Estudios Coránicos y Cultura Islámica, exploró los vínculos entre las enseñanzas religiosas y la protección del medio ambiente.
Pakatchi, miembro destacado del consejo del Centro para la Gran Enciclopedia Islámica, criticó la tendencia a ver las cuestiones ambientales exclusivamente a través de la lente de las ciencias naturales, descuidando el papel de las perspectivas culturales y religiosas. “Muchos perciben las cuestiones ambientales como cuestiones de biología o geología, relacionadas con la gobernanza y la gestión, descuidando las enseñanzas culturales y religiosas”, observó.
El estudioso señaló que los textos religiosos a menudo se interpretan de forma fragmentaria, lo que da lugar a malentendidos. "Lamentablemente, a veces nos centramos en 'La Ilaha' (No hay Dios) pero ignoramos 'Illa-Allah' (excepto Alá). Este enfoque selectivo puede dar lugar a significados distorsionados y, lamentablemente, este tipo de interpretaciones erróneas no son poco comunes".
Pakatchi enfatizó la necesidad de considerar los textos religiosos en su totalidad sin descuidar una parte en favor de otra cuando se abordan cuestiones ambientales. "Un ejemplo de esta interpretación errónea se refiere a la relación de la humanidad con la Tierra y a cómo utilizamos sus recursos. Algunos versículos del Corán y de escrituras anteriores han sido citados de forma selectiva, lo que ha dado lugar a conductas perjudiciales y a conceptos erróneos sobre los textos sagrados".
Refiriéndose a la historia de la creación en las escrituras religiosas, explicó que a los humanos se les ha concedido una posición única en la Tierra. El erudito citó al respecto un pasaje de la Biblia, Génesis 1:26: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”.
Según Pakatchi, la palabra "dominar" a veces se ha traducido de manera que implica una autoridad irrestricta. “Históricamente, algunas interpretaciones dentro del judaísmo han sugerido que la naturaleza existe sólo para la explotación humana”, dijo.
Añadió que también existen interpretaciones similares en el pensamiento islámico. "El Corán también utiliza el concepto de sumisión en algunos versículos de la Sura Luqman (31:20) y el Hayy (22:65). Algunos han malinterpretado estos versículos como si otorgaran un control absoluto sobre la naturaleza. Esta percepción ha prevalecido entre los seguidores del judaísmo, el cristianismo y el islam, contribuyendo a la degradación ambiental."
Pakatchi señaló que a pesar del uso frecuente de lemas que promueven el desarrollo sostenible, todavía faltan acciones concretas. "A menudo oímos hablar de la necesidad de un desarrollo sostenible, pero la explotación desmedida de la naturaleza continúa. Por ejemplo, en las recientes elecciones estadounidenses el mensaje fue claro: 'perforad, cariño, perforad'. Si bien esto puede generar riqueza a corto plazo, a largo plazo sólo traerá desastres".
El académico también subrayó el principio de responsabilidad intergeneracional. "Si queremos un futuro sostenible, debemos utilizar los recursos naturales de forma inteligente. Otro principio fundamental es garantizar que las generaciones futuras hereden un planeta habitable. No podemos entregarles una Tierra arrasada".
Sin embargo, Pakatchi dice que gran parte de la conversación sobre la sostenibilidad todavía está arraigada en el interés propio. “La gente no se preocupa necesariamente por la Tierra en sí, sino más bien por asegurar sus beneficios para su propio uso”.
El erudito añadió: “Dios no creó a los seres humanos sólo para explotar la Tierra, pero ellos tienen el deber de cumplir con sus responsabilidades. El Corán, en la Surah Al-Baqarah (2:30), describe a la humanidad como el virrey de Dios en la Tierra. Este concepto conlleva tanto autoridad como responsabilidad. La Tierra y sus recursos son la confianza de Dios y los seres humanos no deben explotar esta confianza de manera irresponsable. Algunos versículos del Corán colocan explícitamente el deber de mantener y desarrollar la Tierra sobre los hombros de la humanidad”.
Pakatchi destacó la necesidad de considerar conceptos como la administración, la confianza y el desarrollo de la Tierra como principios interconectados que enfatizan la protección del medio ambiente. “Preservar el medio ambiente no significa sólo aportar beneficios, sino también valorar la Tierra y sus criaturas por su valor intrínseco”.
https://iqna.ir/es/noticias/3492059