
En una entrevista con IQNA, Mohammad Shalooei, presidente de la Sociedad para la Apreciación de Obras Culturales y Dignatarios (SACWD), destacó que los gigantes de la literatura iraní, incluido Saadi, fueron moldeados por su contacto temprano con el Corán.
«Todos nuestros sabios y poetas fueron estudiantes de la escuela coránica. Crecieron y se educaron en entornos donde el Corán era fundamental», afirmó.
Saadi Shirazi, nacido en el siglo XIII en Shiraz, es más conocido por sus obras Bostan (El huerto) y Golestan (El jardín de rosas), ampliamente admiradas por su combinación de enseñanza moral y prosa y verso elocuentes. Su poesía a menudo recurre al lenguaje, temas e historias coránicos para transmitir enseñanzas éticas y espirituales.
Según Shalooei, este profundo compromiso con el Corán es lo que da a la literatura clásica persa su permanencia y resonancia.
“La razón por la que estas obras son tan conmovedoras y permanecen atemporales es porque están conectadas a una fuente divina”, explicó. "Sin este vínculo, no habrían sobrevivido como lo han hecho".
Shalooei también señaló que otros poetas persas importantes como Hafez, Rumi y Attar entretejieron de manera similar la visión coránica en sus escritos, haciendo de la espiritualidad islámica un elemento central del patrimonio literario iraní.
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