En la sala del centro pastoral, en torno de las mesas, decenas de jóvenes se congregan para conversar, discutir temas sociales y teológicos, o simplemente para divertirse con juegos de mesa.
En la cocina, voluntarios musulmanes preparan platillos para saciar el hambre de los huéspedes, que en su mayoría son emigrantes de países.
Los «Domingos de solidaridad» es una jornada realmente inspiradora y una cuestión de humanidad. (Fuente: La voix du nord)
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