Muhammad al-Nimr, señaló que él junto a su madre, su hermano Abu Musa, y Sakina la hija del mártir, tuvieron la oportunidad de visitar al Ayatolá al-Nimr en una prisión de Riad.
«El Sheij al-Nimr, se puso muy feliz cuando nos vio. Estaba tranquilo y nos exhortó a leer, reflexionar y memorizar las aleyas del Sagrado Corán. Él mismo, pasó sus últimos días memorizándolas», agregó.
El Ayatolá al-Nimr fue ejecutado injustamente a principios de este año por exigir los derechos del pueblo saudita, especialmente de los musulmanes chiitas que viven en condiciones difíciles en el reino wahabita-saudita.
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