«Tenemos numerosas pruebas de que Turquía y Arabia Saudita
no solamente ayudan a traficar sustancias tóxicas a través de la frontera, sino
que también establecieron talleres de producción de proyectiles y sustancias
químicas en la frontera con Siria», dijo el político e instó a la comunidad
internacional a contrarrestar estas actividades.
La semana pasada el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, envió al
Consejo de Seguridad una carta con pruebas de envíos de armamento de Turquía a
los miembros del grupo terrorista Daesh en Siria.
Según la carta, desde Ankara fueron suministrados químicos industriales y
sustancias explosivas, como el nitrato de amonio y el nitrato de potasio,
glicerina y el ácido nítrico, a los grupos terroristas, por un valor de al
menos 2 millones de dólares.
El Ministerio ruso de Defensa acusó a Turquía de apoyar a los terroristas en
Siria con armas y de facilitar el traslado de combatientes a través de su
territorio en reiteradas ocasiones.
Ankara también fue acusada de comerciar petróleo con el EI lo que confirmaron
los Ministerios de Defensa de Grecia y Rusia.
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(IQNA).