Hablando con IQNA, Doai afirmó que la filosofía islámica actúa como un sistema intelectual único que capacita a los musulmanes para participar en discusiones globales e interreligiosas.
«Como musulmanes, no podemos tener éxito en el diálogo internacional e interreligioso sin recurrir a la filosofía islámica», declaró. Describió la filosofía como «un lenguaje universal del pensamiento» que permite a personas de diferentes tradiciones encontrar puntos en común.
El clérigo explicó que la filosofía islámica está basada en la razón y se centra en áreas como la epistemología, la metafísica, la teología, la antropología y la escatología, materias que describió como «preocupaciones compartidas por todas las religiones y sociedades humanas».
Subrayó que el objetivo último de la filosofía es la búsqueda de la verdad. Citando al fallecido Allameh Tabatabaei, dijo que el propósito de la filosofía es «conocer los entes de forma general y distinguirlos de lo que no es real». Según Doai, una disciplina con esta misión «tiene naturalmente un papel fundamental en el diálogo interreligioso, ya que evita basarse en presupuestos internos de una religión determinada».
Señaló que, si bien la filosofía islámica rechaza el relativismo, acepta que pueden encontrarse elementos de verdad en otras religiones. «Esta perspectiva permite un diálogo genuino», afirmó, añadiendo que las distintas manifestaciones de la verdad en diversas religiones pueden confirmarse y, a veces, complementarse mutuamente.
Doai sostuvo que la filosofía también inculca en los eruditos una mentalidad abierta y una tolerancia moral, cualidades que consideró esenciales para un intercambio constructivo. «La propia naturaleza de la filosofía orienta al filósofo hacia el respeto al otro y a intentar comprenderlo profundamente», afirmó.
Al referirse a la historia, destacó el papel de filósofos musulmanes como Avicena y Mulla Sadra. Avicena, señaló, desarrolló una teología racional que fue «acogida por pensadores cristianos y judíos» por su enfoque en conceptos compartidos como Dios, la revelación y la resurrección. Filósofos como Maimónides, del pensamiento judío, y Tomás de Aquino, del cristianismo, se encuentran entre quienes interactuaron con su obra.
Mulla Sadra, continuó, llevó la filosofía aún más lejos con su Teosofía Trascendente, que integraba razón, revelación y misticismo. Esta escuela, explicó, no solo amplió el diálogo con teólogos cristianos y judíos, sino que también abrió un espacio para el intercambio con místicos y pensadores espirituales ajenos a las tradiciones abrahámicas.
Al ser consultado sobre el impacto de los textos griegos en la filosofía islámica, Doai reconoció la importancia del movimiento de traducción durante el período abasí. Obras provenientes de Grecia, Persia e India introdujeron disciplinas como la lógica, la medicina, las matemáticas y la astronomía en el mundo musulmán. «Pero los musulmanes no se limitaron a copiar estos textos», subrayó. «Los analizaron, los criticaron y los asimilaron, creando un sistema filosófico independiente al servicio de las enseñanzas islámicas».
Rechazó las afirmaciones de que la filosofía islámica sea simplemente una versión de la filosofía griega. Aunque reconoció similitudes, destacó que los pensadores musulmanes ampliaron el alcance de la filosofía, pasando de unos 200 temas en el pensamiento griego a casi 700 en la filosofía islámica. Conceptos clave como la primacía de la existencia, el movimiento sustancial y la gradación del ser fueron aportes originales, afirmó.
«Ni la filosofía griega es completamente falsa, ni fue un error traducirla, ni la filosofía islámica es idéntica a ella», comentó Doai. Señaló que esta interacción enriqueció la civilización islámica y produjo un paradigma filosófico profundamente vinculado al Corán y a las enseñanzas de la familia del Profeta (la paz sea con ellos).