Los grupos expresaron que están siguiendo el debate con “gran preocupación y decepción”, informó Yle el sábado.
El tema resurgió el mes pasado después de que la ministra de la Seguridad Social, Sanni Grahn-Laasonen, del Partido de Coalición Nacional, escribiera en las redes sociales que los burkas y niqabs “no son adecuados para las aulas finlandesas”. Sus comentarios siguieron a una propuesta de 2023 presentada por 15 legisladores del Partido de los Finlandeses que pedía una prohibición nacional del uso de prendas que cubren el rostro.
La ministra del Interior, Mari Rantanen, también del Partido de los Finlandeses, confirmó a principios de esta semana que el gobierno está considerando si podrían introducirse tales restricciones durante el actual período parlamentario.
Sin embargo, los partidos de la coalición siguen divididos. El ministro de Educación, Anders Adlercreutz, del Partido Popular Sueco, dijo que no apoya una prohibición, señalando que los burkas no se usan en las escuelas finlandesas y que su ministerio no ha recibido informes de niñas que los utilicen.
En una declaración conjunta, las organizaciones musulmanas calificaron el debate como “populismo clásico, un intento de atraer votos de la extrema derecha creando un problema artificial a partir de un fenómeno inexistente”.
Destacaron que el niqab y el burka rara vez se usan en Finlandia, ya que la mayoría de las mujeres musulmanas optan por el hiyab, que no cubre el rostro.
“Esta realidad estadística hace que toda la discusión sobre la prohibición sea absurda”, dice el comunicado. Los grupos también advirtieron que una medida de este tipo infringiría derechos fundamentales y podría fomentar la discriminación.