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Erudito subraya la necesidad de volver al Corán y a la Progenie del Profeta

23:00 - August 21, 2025
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IQNA – Los testamentos del Santo Profeta (PBD) sobre el Ahl-ul-Bayt y el Sagrado Corán, así como la preservación de la unidad musulmana, muestran su visión para la creación de una sociedad unida y orientada a la justicia, afirmó un erudito.

 

Hojat-ol-Islam Jafar Fakhr Azar, investigador de la historia del Islam chiita, escribió lo siguiente en un artículo proporcionado a IQNA con motivo de los últimos días del mes de Safar y el aniversario del fallecimiento del Profeta Muhammad (PBD). Su artículo es el siguiente:

La muerte del Profeta (PBD) marcó un punto de inflexión en la historia del Islam, con dimensiones tanto emocionales como políticas y sociales. Un examen atento de este acontecimiento y una reflexión sobre el carácter moral, humanitario y orientado a la justicia del Profeta (PBD) pueden servir de guía para los musulmanes de hoy.

Un retorno a los principios promovidos por el Profeta (PBD), como la unidad, la justicia social y el respeto de los derechos de las personas, puede conducir a las sociedades islámicas hacia el progreso y la solidaridad.

Según fuentes históricas fiables como la Sira de Ibn Hisham y Tabaqat al-Kubra, el Profeta Muhammad (PBD) fue perdiendo gradualmente la capacidad de estar presente entre la gente durante el mes de Safar, en el año 11 después de la Hégira, a medida que su enfermedad se agravaba. Sin embargo, lo que más destacó en aquellos días fue su moral sin igual.

Incluso en su enfermedad, el Profeta (PBD) trataba a sus familiares y amigos con amabilidad y humildad, y nunca dejó de prestar atención a las necesidades de la Umma, ni siquiera por un momento.

Es destacable que el gran Profeta del Islam no abandonó la responsabilidad de liderar a la sociedad hasta sus últimos momentos. Aun enfermo, dio órdenes importantes relacionadas con el ejército de Usama y con asuntos del gobierno, demostrando su profundo compromiso con la justicia social y la protección de los derechos del pueblo.

El Profeta (PBD) siempre hizo hincapié en la igualdad y en la eliminación de la discriminación, y durante sus últimos días también ofreció un modelo incomparable de democracia, recomendando la preservación de la dignidad de los distintos grupos de la sociedad, incluidos los más débiles y pobres.

Los días finales del Profeta (PBD) estuvieron marcados por sermones y consejos llenos de sabiduría. En esos momentos críticos, no solo se ocupó de los asuntos gubernamentales, sino que también sembró las semillas de la armonía y la empatía en la sociedad, destacando la importancia de la unidad entre los musulmanes y el respeto mutuo. Sus testamentos relativos al Ahl-ul-Bayt (P), al Sagrado Corán y a la unidad de la nación reflejan la profundidad de su visión para una sociedad unida y justa.

El Profeta (PBD) había conquistado los corazones con su comportamiento generoso y su atención a las necesidades materiales y espirituales del pueblo.

La mañana del 28 de Safar, cuando se anunció la noticia del fallecimiento del Profeta (PBD), la comunidad de Medina quedó profundamente consternada. Algunos compañeros ni siquiera podían creerlo al principio, lo que muestra la fuerza del vínculo emocional entre el pueblo y el Profeta (PBD), resultado de años de amor y entrega incondicional por su nación.

La magnitud de la tragedia para la familia del Profeta fue tal que Hazrat Alí (P) tuvo que apoyar a Hazrat Zahra (P) en esos días difíciles, además de encargarse de los preparativos funerarios. Sin embargo, la actitud de Hazrat Alí (P), continuando en todo momento el camino del Profeta (PBD) basado en la paciencia, la tolerancia y la unidad, demuestra la profunda influencia de los valores morales del Profeta (PBD) en sus compañeros más cercanos.

El incidente de Saqifa Bani Sa’idah, ocurrido poco después de su fallecimiento, reveló la profundidad de la crisis sucesoria. Esta asamblea se convocó mientras el cuerpo del Profeta (PBD) aún no había sido enterrado. Este hecho marcó el inicio de importantes desafíos que surgieron por el alejamiento de los principios de justicia social y unidad tras su desaparición física.

Un análisis comparativo de las fuentes de las distintas escuelas muestra que la usurpación de Fadak y otros acontecimientos se produjeron muy poco tiempo después de su fallecimiento, lo cual requiere una relectura histórica. Estos eventos evidencian un distanciamiento del carácter orientado a la justicia del Profeta (PBD), quien siempre defendió el respeto por los derechos de todos, incluidas las mujeres y los desfavorecidos.

Durante su vida, el Profeta (PBD) ofreció un modelo práctico de sociedad justa, estableciendo equidad en la distribución de los recursos y combatiendo la opresión.

Hoy debemos aprender lecciones fundamentales de este episodio histórico. En primer lugar, es esencial preservar la unidad islámica conforme a los últimos consejos del Profeta (PBD).

Reiteró constantemente la importancia de la empatía y de evitar la división, y ese testamento puede ser clave para resolver las diferencias que afectan al mundo islámico en la actualidad. En segundo lugar, debemos seguir su ejemplo en la gestión de crisis. El Profeta (PBD) actuó siempre con sabiduría, paciencia y valores morales frente a las dificultades, y este enfoque es el mejor modelo para las sociedades actuales.

Otro punto importante es la necesidad de volver al Corán y a la Progenie, que el Profeta (PBD) presentó como los dos pilares fundamentales. Estos dos tesoros son las joyas que pueden salvar a la nación islámica del abismo de la división. Asimismo, el ejemplo del Profeta (PBD), con su atención a los derechos del pueblo —incluidos los débiles, las mujeres y los pobres— debe estar en el centro de la formulación de políticas sociales.

Al crear una atmósfera de justicia y empatía, el Santo Profeta (PBD) demostró que la justicia social y la armonía son las claves de la prosperidad de toda sociedad.

 

 

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